Julio 27 de 2017
Para no crearle falsas expectativas a los lectores por el título de esta columna, les anuncio que no voy a hablar del contexto político local, aunque si me voy a referir a una rabia: aquella enfermedad que se transmite a los humanos a través de la mordedura, arañazo o contacto con saliva de perros, gatos, ratas u animales silvestres infectados. Tal vez, no muchos ciudadanos sepan que la rabia humana es 100% letal. Según el Ministerio de Salud en el año 2016 se estima una población de perros y gatos de 65.854 en Bucaramanga, 32.988 en Floridablanca, 21.346 en Girón y 17.810 en Piedecuesta. Eso nos da, a nivel metropolitano la “bobadita” de 1 perros o gatos por cada 8 personas. Según la misma fuente, de todos estos perros y gatos en el año 2016 se inmunizó en Bucaramanga 14%, Floridablanca 17%, Girón 53% y Piedecuesta 15%.
El método más eficiente de evitar la rabia en los humanos es la prevención mediante la vacunación antirrábica. Las bajas coberturas en esta materia que nos muestran las cifras oficiales, suponen para los habitantes del área metropolitana (incluidos los perros y gatos) un riesgo significativo. Como dato adicional según el Instituto Nacional de Salud en el año 2016 se presentaron 2356 agresiones de animales potencialmente transmisores de rabia, esto es 124 casos más que en el año 2015.
Publicado en ADN Bucaramanga