Agosto 23 de 2019 | @BMComovamos
(Foto: tomada de Vanguardia)
Por Yany León Castañeda.
Detrás de la preocupación por el consumo de drogas y alcohol en el espacio público, está la hipótesis que el exponer a los niños, niñas y adolescentes a sitios donde se consumen estas sustancias los induce a que ellos también las consuman, con las nefastas consecuencias que esto tiene para su desarrollo cognitivo. Hasta el momento no existen estudios lo suficientemente rigurosos que permitan concluir que la sola prohibición del consumo en el espacio que sin más, se considera es el de mayor riesgo, los parques, sea la medida más eficiente para reducir la probabilidad de caer en las drogas y el alcohol a temprana edad.
En Bucaramanga, según la Encuesta ECAS 2012, aplicada por el Dane a un total de 38.574 estudiantes de sexto a undécimo grado mostró que, un 8% había consumido marihuana, 9% había consumido otro tipo de sustancia que incluye cocaína, LSD, hongos etc. y un 26% de los niños y niñas entre los 10 y 12 años reportó haber consumido bebidas embriagantes. Otro estudio de la Universidad de los Andes muestra que buena parte del consumo estudiantil se está dando en el baño de los colegios y el acceso a las drogas ilícitas ya se realiza a través de las redes sociales. En este sentido prohibir el consumo en los parques no es precisamente una medida que deba dejarnos tranquilos.
Publicado en ADN Bucaramanga