30 de septiembre de 2019 | @BMComovamos
(Foto: tomada de Vanguardia)
Por Yany León Castañeda
Si el sueño dorado de comprar un carro o moto, se le cumpliera a todos aquellos que lo tienen, el área metropolitana de Bucaramanga, se convertiría en una pesadilla: más trancones, más ruido, más estrés y más muertes.
En el año 2018 se registraron en total 131 muertes por accidentes de transporte a nivel metropolitano, 52% corresponden a motociclistas – especialmente el conductor y un 32% fueron peatones. Las principales víctimas son las poblaciones entre los 20 y 24 años (21%) y los mayores de 60 años (22%).
A las muertes por accidentes de tránsito hay que sumarles las muertes que están siendo causadas por la contaminación del aire urbano: El estudio sobre “los costos en la salud asociados a la degradación ambiental”, el Departamento Nacional de Planeación encontró que en Bucaramanga y Floridablanca el 10% (484) de las muertes que se registraron en el año 2016 fueron atribuibles a la contaminación del aire urbano.
Este dato es muy superior a las 131 muertes mencionadas en el primer párrafo y que también son causadas por el transporte ya que el parque automotor aporta el 90% de la contaminación del aire urbano. Parecería una tontería insistir en la importancia de conservar el aire limpio para nuestra salud, pero al parecer nuestro gusto enceguecido por el vehículo privado no nos deja ver que nos estamos matando muy lentamente.
Publicado en ADN Bucaramanga