Abril 26 de 2018
La semana pasada Alemania propuso el transporte público gratuito como una medida para disminuir la contaminación ambiental. No me imagino una medida similar en Colombia, porque la pregunta del millón es ¿y de dónde saldría el dinero para poder implementar tal medida? Con todo, debemos reconocer que el transporte público en nuestras ciudades es muy costoso. Así por ejemplo, el costo directo que deben asumir dos personas que se movilicen en el transporte público, que vivan en la misma casa y trabajen o estudien, puede llegar a ser un 54% más alto que si optaran por comprar una moto nueva a cuotas para movilizarse. Una vez pagada la moto, el valor mensual de transportarse en la misma puede llegar a ser un 300% más barato que el valor de los pasajes en el transporte público. Claro, esto sin tener en consideración los costos asociados al alto riesgo de lesionarse o morir a causa de un accidente de tránsito.
No subsidiamos el transporte público, pero sí asumimos los costos sociales de la contaminación del aire. Sólo algunas estadísticas: En Bucaramanga y Floridablanca, el 10,5% de las muertes (484) fueron atribuibles a la contaminación del aire urbano, con un costo estimado de 0,6 billones de pesos. Esta cifra podría cubrir casi cinco veces el número de validaciones que debe registrar Metrolínea para lograr su punto de equilibrio financiero.
Publicado en ADN Bucaramanga