Junio 14 de 2018
En 1987 la Comisión de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y Desarrollo, definió el desarrollo sostenible como “aquel desarrollo que satisface las necesidades actuales sin poner en peligro la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer las suyas”. Las ciudades fueron reconocidas como un área para la aplicación de este concepto que ya no se refiere únicamente al medio ambiente, sino que trata de conciliar los objetivos económicos, sociales y medio ambientales, y encontrar un equilibrio entre sus diferentes dimensiones. ¿Será esto posible?.
Desde la ecología, la sostenibilidad hace referencia a la preservación de recursos naturales y el entorno físico. Desde los objetivos sociales, la sostenibilidad está asociada a la calidad de vida, que desde la perspectiva de Sen, sería la libertad que tengan las personas de llevar determinada clase de vida: que tengan viviendas de calidad, trabajos de calidad, acceso a la tecnología, mayores ingresos que en últimas se verán reflejados en incrementos del consumo. Es allí donde surge la contradicción, porque todo incremento en la calidad de vida iría inexorablemente unido al aumento de la huella ecológica. Se requerirá de una revolución cultural para minimizar el impacto que tienen las actividades humanas y el desarrollo de las ciudades sobre el entorno físico, mientras estas enfrentan cada vez más el riesgo de desastres, vulnerabilidad frente al cambio climático.
Publicado en ADN Bucaramanga
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