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¿Por qué no funciona?


Octubre 18 de 2018

Llama la atención que cuando se habla de reciclaje es como si se tratará de otro de esos temas  llamados “alternativos” o “hippies”, propios de países desarrollados.  En últimas, a cada persona sólo le interesa sacar los desperdicios de su casa y que el Estado o una empresa creada para ello se encargue de recogerlos, “para eso se paga en el recibo ¿No?”. El otro día  en una universidad del área metropolitana, que tiene carreras relacionadas con el medio ambiente, en su cafetería puede ver a todos los usuarios disfrutando de su almuerzo servido en un recipiente de icopor: “es más cómo y así las personas que atienden no tienen que lavar platos”, no importa que este material sea perjudicial para salud, contengan  tóxicas que pueden interferir con hormonas o causar cáncer y sea  0% biodegradable, prima su bajo costo.

La verdad, no hemos dimensionado la magnitud del problema que tenemos en materia del manejo de residuos sólidos y la responsabilidad que nos compete, en buena parte porque no hay incentivos económicos para realizar una correcta separación en la fuente, ni hay sanciones o costos económicos a quienes más generan desechos. A las empresas de aseo les pagan por tonelada dispuesta, a los usuarios nos cobran por igual una tarifa que sale de un promedio que sólo diferencia el estrato social, no el comportamiento responsable.


Publicado en ADN Bucaramanga

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